A lo largo de la vida se dice que hay tres cosas que toda persona debería hacer al menos una vez: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. En el caso de esta última, no basta simplemente con ponerse a escribir lo primero que nos venga a la cabeza. Sobre todo si queremos que el resultado de nuestra obra esté a la altura y pueda tener éxito. En otras ocasiones os hablamos sobre los tipos de encuadernación y hoy haremos lo propio sobre la autoedición de libros.
Porque lo cierto es que, además de seguir ciertas recomendaciones para escribir mejor, es necesario tener en cuenta otros detalles. Sobre todo si se trata de un libro que vamos a escribir nosotros y encargarnos de cada uno de los detalles por nuestra cuenta. Una misión complicada que vamos a intentar hacer más sencilla a través de cinco consejos para autoeditar un libro. Así que, si queréis escribir vuestra historia, tomad papel y bolígrafo y no perdáis detalle.
Autoeditar un libro es una misión complicada que va mucho más allá de escribir lo que queramos plasmar
¿Qué tener en cuenta para autoeditar un libro?
En este post vas a ver
Usar un formato adecuado
El primer aspecto que deberíamos tener en cuenta una vez hayamos decidido sobre lo que queremos escribir tiene que ver con el formato. Lo ideal es que elijamos el tipo de maquetación antes de ponernos a redactar, lo que nos permitirá trabajar directamente con el formato final. Es un detalle que nos permitirá ahorrar una gran cantidad de tiempo cuando hayamos terminado la obra. De lo contrario, nos tocará hacer un extenso trabajo de edición una vez hayamos finalizado la parte de la escritura.
Corrección de la obra
Una vez hayamos finalizado nuestro libro, llega un turno que resulta imprescindible: la corrección. Lo mejor en este sentido es buscar a algún profesional que pueda hacer este trabajo. Aunque pienses que por repasar todo de arriba a abajo unas cuantas veces es suficiente, puede que no lo sea. Y es que, siempre existen algunos detalles que pasamos por alto y que pueden suponer un borrón en nuestra publicación.
Una portada a la altura
Evidentemente lo más importante de un libro es lo que contemos en él y la manera en la que lo hagamos. Sin embargo, la primera toma de contacto nunca es con lo que hemos escrito, sino con la portada. Por ello es importante que diseñemos una portada que resulte atractiva y que vaya en consonancia con lo que queremos transmitir. Aquí podemos recurrir a un diseñador o intentar realizarlo por nuestra cuenta si tenemos la suficiente experiencia. Programas como Photoshop o GIMP, además de plataformas como Canva, pueden ser de mucha ayuda.
Contar con una portada atractiva es una gran llamada de atención sobre posibles lectores
Presupuestos de impresión
Cuando tengamos la obra finalizada por completo llegará el momento de pensar en la impresión. En este sentido, existen muchas opciones por las que nos podemos decantar: desde pequeñas tiradas para asegurarnos que no tenemos pérdidas hasta presupuestos de impresión bajo demanda. Este último modelo es bastante recomendable si se trata de nuestra primera publicación ya que los riesgos son menores.
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La promoción
Con todo lo anterior ya realizado, llega el momento de trabajar en un aspecto crucial para el éxito de nuestro libro: la promoción. Lo idóneo es contar con una estrategia de marketing que nos permita llegar al mayor número de personas posible. No pienses que para ello siempre es necesario invertir mucho dinero, existen otras opciones como las redes sociales que son muy económicas.
Conclusión
Escribir un libro es mucho más que simplemente ponerse delante de unas hojas en blanco o un ordenador a plasmar lo que pasa por nuestra mente. Se trata de un proceso en el que hay que tener en cuenta muchas cosas: desde el formato elegido o la portada, hasta la promoción o la inversión necesaria para la impresión. Si quieres hacerlo todo por tu cuenta, será más laborioso pero también más barato. Lo único que necesitarás será una imprenta de confianza en la que te ayuden con todo el proceso para que tu libro se convierta en realidad.